Mare e Luna

Fiumefreddo Bruzio, desde su posición dominante, situado en el borde de un alto llano que se extiende sobre el mar Tirreno, ofrece un espectáculo de orgullo solitario y de antiguo legado histórico de un pueblo medieval, encaramado en las laderas de las montañas que descienden hacia el mar, un tesoro de historia y un invaluable valor cultural. El pueblo está naturalmente fortificado y conserva las características de un pueblo fortificado no solo por su posición natural, sino también por su "puerta almenada", que sigue siendo la entrada principal al centro habitado que ha permanecido igual que antes, con sus calles, iglesias, casas y un patrimonio histórico y artístico de notable interés. Desde sus hermosos acantilados o desde las numerosas terrazas que se asoman al mar, la vista se extiende hasta Sicilia, las Islas Eolias, la costa calabresa y las montañas de Cilento.

Los orígenes de Fiumefreddo Bruzio están envueltos en la oscuridad de tiempos lejanos. Las primeras pruebas documentales se remontan a la Edad Media (alrededor del año 1000), aunque no excluyen asentamientos costeros en la antigüedad. Se cree que el lugar fue elegido por las características defensivas que ofrecía. En 1054, el pueblo, llamado Flumen Frigidum (Río Frío - hoy conocido como Río de Mare) debido a la baja temperatura de su agua, fue conquistado por Roberto Guiscardo, quien lo regaló a su hermano Rogerio el Normando. En 1098, Fiumefreddo estuvo bajo la autoridad feudal de Simone de Mamistra, vasallo de Carlos I de Anjou, para luego pasar en 1269 al vasallo francés Giovanni de Flenis y luego a Alfonso Sanseverino, vasallo de Carlos II. Pocos años después, debido a su rebelión contra el rey Carlos II, el feudo fue confiscado y asignado al virrey de Calabria, Fernando de Alarcón, quien embelleció el castillo de Fiumefreddo según los cánones estéticos de la época y construyó, fuera de las murallas del pueblo, dos torres llamadas Golette. A principios de 1800, el castillo fue semidestruido por los franceses, representados por Giuseppe Napoleone, hermano del emperador, y luego por Joaquín Murat. Sin embargo, los habitantes de Fiumefreddo se organizaron en comunidades secretas para resistir a los invasores.

En 1860, el consejo municipal decidió agregar el apelativo de Bruzio a la denominación original de Fiumefreddo.

El pueblo conserva parte de sus murallas medievales, los Palacios de la Valle y Pignatelli (el primero con diferentes fases de construcción y terminado, al igual que el segundo en el siglo XVII).

Lugar de nacimiento del artista Giuseppe Pascaletti (1699-1757) y importante centro histórico y cultural, con un pueblo del siglo XVI de gran extensión y buena conservación, también conocido por la cercana Abadía de Santa María de Fontelaurato, la más famosa de la Orden Florense después de la de San Giovanni in Fiore. Fue construida y dedicada a Santa Domenica por monjes brasileses que habían fundado allí su antiguo cenobio. Después de que los monjes basilianos fueran sucedidos por los benedictinos, estos últimos se encargaron de la abadía hasta 1035. En 1201, la iglesia, destruida por la humedad, fue reconstruida nuevamente por Simone de Mamistra, príncipe de Fiumefreddo, y confiada al abad Gioacchino da Fiore, con el nombre de Abadía de Fonte Laurato.