Gullo CapoVaticano

El territorio donde se encuentra Gullo es parte del municipio de Ricadi/Capo Vaticano y está compuesto por siete encantadores pueblos que aún conservan el diseño urbanístico original con la iglesia y la plaza frente a ella. Las noches de verano son una oportunidad perfecta para conocer mejor las tradiciones y productos locales, especialmente durante las festividades del pueblo, destacando la de la Cebolla el 13 de agosto y la de la 'Nduja el 8 de agosto, que se celebran respectivamente en Ricadi y Spilinga.

No se puede perder al final de la noche el baile del “Camijuzzu i Focu” (un espectáculo pirotécnico único que celebra la victoria de las poblaciones locales contra la invasión sarracena). También es imprescindible en su recorrido una visita al Mirador del Faro (un puesto militar aún en funcionamiento), que ofrece una vista impresionante sobre Praia i Focu o sobre el espectacular atardecer en la boca de Stromboli.

A seis kilómetros al norte de Ricadi se encuentra la hermosa Tropea, con su cautivador casco antiguo lleno de espléndidos palacios nobiliarios y animados locales nocturnos. Si nos movemos otros 25 km hacia el norte, llegamos a Pizzo, otro encantador pueblo situado en una colina con vistas a una maravillosa bahía, donde es obligatorio degustar el famoso Tartufo o la ineludible Nocciola Ripiena.

Si bien la costa es reconocida universalmente como una de las más bellas del mundo, el interior de Vibo Valentia no se queda atrás: dejando el mar, desde Capo Vaticano se puede llegar fácilmente a la meseta de Monte Poro, donde hay excelentes agroturismos y empresas donde se pueden comprar deliciosos productos gastronómicos. A aproximadamente una hora en coche o moto se llega también a la zona montañosa de las Serre, con un paisaje completamente diferente, donde se encuentra un imponente monasterio cartujo: la Certosa di Serra San Bruno.

Si en cambio nuestro viaje continuara desde Ricadi hacia el sur, tal vez en tren, no deben dejar de visitar la mítica Scilla y su Chianalea (es decir, el pueblo marino), donde será necesario certificar su grado de calabresidad mordiendo un bocadillo de pez espada. Una vez terminado, se dirigirán hacia Reggio Calabria para visitar el Museo Arqueológico, hogar de los Bronces, y tal vez concluir la noche con un helado o una granita mientras admiran al fondo el Etna y Sicilia.