B&B Il Cortile

Enrica, Roberto y Samuele somos nosotros quienes hemos decidido aventurarnos en esta magnífica historia. Todo comienza con un sueño, con ganas de conocer gente nueva con la cual enfrentarnos y compartir nuestras alegrías. Yo, Enrica, he vivido siempre en esta maravillosa estructura y a lo largo de los años he visto cambios constantes en su interior. Cuando era niña, mis abuelos llevaban una vida campesina, tenían una granja con vacas y yo pasaba mis días al aire libre y rodeada de animales con enorme placer. Pero el tiempo pasa y las cosas cambian. Todos crecemos y esta vida tan simple ya no es suficiente, hay que tener un trabajo estable y comenzar una vida agitada. Hoy te das cuenta de cómo tus seres queridos podían vivir en paz, con tan poco pero con tanta libertad y naturaleza. Hace dos años pensamos que esta gran casa se estaba volviendo antigua y debíamos decidir qué hacer para que otros también pudieran disfrutarla, respirar el aire genuino y tranquilo de las afueras de Biella, sin privar a nadie de comodidades, pero tratando de mantener un poco de historia en su interior. Y así surge la idea de abrir el B&B Il Cortile, nuestra casa, que día a día es descubierta y saboreada por muchos viajeros, quienes traen consigo experiencias y amabilidad, además de mucho amor y cordialidad, lo cual nos hace pensar todos los días en lo acertada que fue nuestra elección. Hemos conocido personas de todo el mundo, cada una diferente pero que forman una gran familia, enriqueciendo nuestra casa con historias y nuestra vida con nuevos amigos. Personas con hábitos y gustos diferentes, pero que cada vez que salen de nuestro "nido" te hacen sentir feliz por las amables palabras y la pequeña experiencia que han compartido con nosotros en nuestra casa. Samuele, nuestro hijo, está construyendo un equipaje para la vida que pocos pueden tener, ha aprendido a compartir y entender qué es la amabilidad y la hospitalidad, pero sobre todo ha conocido realidades diferentes a las de su día a día que lo están haciendo crecer y convertirse en un hombre. ¡Enrica, Roberto y Samuele les agradecen todos los días por todo lo que nos brindan!