Rodeadas de un campo virgen y dispuestas de manera armónica alrededor del Castillo de Bagnolo, las antiguas granjas de la finca Malingri brindan una estancia sumergida en la tranquilidad, la historia y la belleza del paisaje rural de Piamonte. La propiedad, que ha pertenecido a la misma familia durante más de siete siglos, abarca más de 50 hectáreas de prados, viñedos, huertos y bosques centenarios, ofreciendo a los huéspedes una vista privilegiada de las montañas, el castillo y la llanura circundante.
Las granjas, construcciones de piedra que datan de entre los siglos XVI y XIX, han sido restauradas respetando la arquitectura local y su vocación rural original. Cada una conserva detalles auténticos como hornos de leña, pozos, graneros y porches, rodeados de jardines bien cuidados y espacios verdes a disposición de los visitantes. Los apartamentos están decorados con un estilo rústico y cuentan con comodidades modernas, diseñados para acoger a parejas, familias o grupos más grandes, manteniendo siempre una atmósfera acogedora y auténtica.
El Molino, que data de 1791, es hoy una residencia encantadora con vistas a un arroyo y rodeada de naturaleza, con una rueda hidráulica en funcionamiento y piscina privada. La Cascina Brucé se encuentra justo debajo de las murallas del castillo, en una ubicación panorámica, accesible por un camino privado entre viñedos y bosques. La Cascina Castlin, construida alrededor de una torre medieval, destaca por su valor arquitectónico y su piscina que recibe sol durante todo el día, mientras que la Cascina Bedassot, en el corazón de la finca, se distingue por su tranquilidad y su amplia vista sobre la llanura.
Cada apartamento está equipado con barbacoa, muebles de exterior, televisión satelital, calefacción y cunas para niños. Los huéspedes también tienen acceso a un amplio salón común con conexión a internet, lavandería, sala de planchado y una piscina panorámica de 20 metros de largo.
La ubicación es ideal para quienes disfrutan explorar: en las cercanías se encuentran las ciudades artísticas de Saluzzo y Pinerolo, el Valle del Po y los valles alpinos de Cuneo. Hay muchas actividades disponibles: desde esquí hasta golf, pasando por ciclismo de montaña, parapente, escalada y tenis. Alrededor, restaurantes y tiendas ofrecen una rica selección de productos locales, con propuestas gastronómicas para todos los gustos.
A solicitud, los huéspedes pueden visitar de manera privada el parque histórico y el Castillo Malingri, añadiendo a su estancia una experiencia exclusiva dentro de un feudo con una historia milenaria.