Esta casa rodeada de naturaleza brinda una estancia de tranquilidad y libertad a pocos minutos de Trieste. Los huéspedes tienen acceso a todo el primer piso de la villa, un espacio de 110 m² con dos amplias habitaciones matrimoniales contiguas, un luminoso salón con cocina, baño, veranda y un jardín privado donde reina el silencio. Es el lugar ideal para quienes buscan relajación y autenticidad, con la posibilidad de comer al aire libre bajo un imponente glicinias blancas o organizar agradables barbacoas al exterior.
El entorno natural que rodea la casa invita a disfrutar del tiempo con calma. Los bosques comienzan justo detrás de la vivienda y ofrecen senderos perfectos para paseos y excursiones. Los amantes de la bicicleta encontrarán una ciclovía a pocos minutos que lleva hasta el centro de Trieste para quienes estén en buena forma. A solo un kilómetro se encuentra también un centro de bienestar, ideal para finalizar el día con un momento de relajación.
Grozzana es un pequeño pueblo kárstico, silencioso y encantador, que cambia de aspecto con las estaciones: en otoño se llena de colores del follaje, en invierno se cubre de nieve y calor hogareño, en primavera florece y desprende el aroma de nueva vida. Las noches despejadas ofrecen cielos estrellados y una atmósfera mágica que acompaña el descanso. El supermercado más cercano está a solo cinco minutos en coche, mientras que Trieste se alcanza en quince minutos, lo que permite alternar el ritmo de la ciudad con la absoluta tranquilidad de este oasis natural.