El B&B Tenuta Terra Rossa se ubica en Rossano, una antigua ciudad bizantina rodeada por el encantador paisaje mediterráneo del alto Jonio. A solo cinco minutos del centro y de las hermosas playas, es un punto de partida perfecto para descubrir Calabria y el sur de Basilicata, una región donde el mar y la montaña se encuentran en un recorrido por la historia, las tradiciones, la naturaleza y la buena gastronomía.
La finca agrícola que rodea el B&B se extiende alrededor de un antiguo castillo de planta cuadrada, distribuido en tres niveles con un patio interno y un pozo. Antiguamente un monasterio, construido entre finales del siglo XVI y principios del XVII, ha pasado de ser propiedad eclesiástica a ser propiedad de la familia Renzo, que ha mantenido su atractivo histórico. Los terrenos, que abarcan aproximadamente 50 hectáreas, están en parte dedicados al cultivo de olivos centenarios de la variedad "Dolce di Rossano", de los cuales se obtiene un aceite renombrado, y en parte a los cultivos de cítricos.
La familia Renzo presta especial atención a la calidad de los productos y al equilibrio biológico de los cultivos, sometiéndose cada año a estrictos controles para obtener las certificaciones ecológicas. En la última década, los hermanos Cesare y Vincenzo han ampliado la empresa introduciendo la capacidad de alojamiento, renovando parte del castillo para albergar el B&B y el restaurante, ofreciendo a los huéspedes una experiencia auténtica entre las bellezas artísticas y naturales de Calabria y la rica tradición gastronómica de la zona. Al mismo tiempo, han comenzado un nuevo reto con el cultivo de limones Liscioni.
Las habitaciones, decoradas de forma sencilla y en sintonía con la tradición agrícola, cuentan con todas las comodidades modernas, incluyendo televisión, aire acondicionado, calefacción y baño privado, garantizando una estancia relajante. Algunas ofrecen vistas al mar, mientras que otras dan al patio interno. Cada habitación dispone de un espacio de estacionamiento cubierto, y el amplio jardín de aproximadamente una hectárea ofrece espacios ideales para relajarse, leer o jugar con los niños.
Durante el verano, el desayuno se sirve al aire libre, bajo la sombra de limoneros y naranjos, mientras que en los meses más fríos se puede disfrutar frente a la gran chimenea, en un ambiente cálido y acogedor.