Acabo de volver de dos días pasados inmersa en el verde de la naturaleza de San Secondo. El casale I Gelsi es, por decirlo así, un oasis de paz. Un hermoso rústico que, afortunadamente, no ha perdido su identidad ni sus orígenes. La habitación tiene todas las comodidades necesarias (colchón y edredón ultracómodos, una pequeña cocina con todo a disposición y una bonita cesta con dulces) y, sobre todo, un silencio que permite dormir plácidamente. Francesca y su marido son anfitriones que te hacen sentir como en familia; me pareció conocerlos de siempre. Están dispuestos a satisfacer cualquier petición. Desayuno genuino, los pasteles preparados por Francesca son magníficos y la espuma sobre el caffè latte preparada por su marido fue deliciosa, adorable e impecable. Ah... nuestro perro Giovanni agradece el espacio exterior que pudo disfrutar con total libertad por la mañana. Recomiendo encarecidamente probar a recargar las pilas y regenerarse en este casale.