Las puntuaciones están más que merecidas y si hubiera sido posible habría dado 110 y matrícula de honor! La ubicación es estratégica, en un pueblo tranquilo con muchas playas hermosas en las cercanías. La habitación y el alojamiento están muy limpios y bien amueblados. El aire acondicionado en la habitación es excelente y silencioso, al igual que el minibar, donde encontramos agua fría y bebidas gratis. El responsable fue siempre amable y disponible; nos prestó sombrilla, sillas de playa y toallas de playa, lo cual es fantástico para quienes, como nosotros, llegan en avión. El desayuno siempre fue inolvidable, servido en el jardín, muy variado y abundante; tan abundante que lo que no se consumía se ponía en tupperware para consumirse después (¡nos lo llevábamos para comer!). Nunca faltaron leche, café, cappuccino, grandiosas composiciones de fruta, batidos, pan tostado, mermeladas, salados, tartas y dulces caseros, panna cotta, sorbetes, mousses y mucho más.