El alojamiento se encuentra en un precioso pueblo y resulta ideal para estancias en primavera y otoño. Los huéspedes destacan la amabilidad del personal, la limpieza de las habitaciones y la cena en el restaurante, que goza de excelente reputación por la calidad de los ingredientes. Las habitaciones pueden resultar calurosas en verano a pesar de los climatizadores portátiles, que algunos consideran ruidosos. El desayuno, con productos frescos y repostería casera, es bueno pero podría mejorarse. El Wi-Fi es suficiente, aunque ha habido quejas sobre la señal de TV. El precio se percibe algo elevado, pero las ofertas lo hacen más razonable. Algunos viajeros sugieren mejorar la señalización para llegar al alojamiento.