Experiencia maravillosa y muy recomendable. Las habitaciones están limpias, bien cuidadas y decoradas con gusto, el jardín es muy grande y ofrece a los turistas un panorama hermoso y una paz envidiable. La anfitriona Irene se esfuerza, tiene pasión y seriedad y prepara personalmente un desayuno abundante y rico en productos locales. Además, da consejos turísticos y culinarios válidos y competentes. ¡No te lo pierdas!

La propietaria es muy amable y servicial. Gran hospitalidad y lugares hermosos. Sin duda, una experiencia agradable que recomiendo encarecidamente a quienes quieren relajarse y disfrutar de la naturaleza.