Las reseñas destacan la cálida y atenta acogida de la propietaria, Ignazia, siempre dispuesta a ayudar y ofrecer consejos sobre la zona. Se valora mucho la limpieza y el buen cuidado de las instalaciones, así como el ambiente tranquilo y familiar. Los desayunos son abundantes y suelen incluir productos caseros típicos. La ubicación resulta conveniente para explorar sitios arqueológicos y disfrutar de la naturaleza cercana, aunque el pueblo sea pequeño. Muchos huéspedes recomiendan la estancia y expresan su deseo de regresar.