Los huéspedes destacan el encanto y la atmósfera de la villa, rodeada de naturaleza y con un bonito jardín y piscina. La limpieza de las habitaciones y los espacios comunes recibe comentarios muy positivos. El anfitrión, Federico, es elogiado por su amabilidad y sus útiles recomendaciones sobre la zona. El desayuno casero, especialmente los pasteles y mermeladas, es frecuentemente mencionado. Algunos sugieren mejorar la variedad del desayuno, pero en general la estancia se valora como relajante y agradable.