sara ha votado al alojamiento pero no ha introducido ninguna opinión

Marianna y Paolo se atrevieron a apostar por esta estructura, y este coraje merece la calificación más alta. La estructura, que fue restaurada a partir de un antiguo 'maso', ha sido construida con atención a la bioconstrucción y la recuperación de materiales preexistentes; en todas partes se puede oler el cirmolo. La vista desde sus habitaciones decoradas con buen gusto es excepcional y abarca todo el Val di Sole. No se pierda su cena (y desayuno) preparados con verduras de su jardín. Marianna y Paolo le reciben con amabilidad y atención, son personas con las que es agradable hablar e intercambiar intereses, y quizás eso es lo que más me ha gustado. Marianna cocina con gran cuidado y le gusta experimentar; su comida no es predecible como en otros lugares, es refinada pero respetuosa de la tradición con un fuerte enfoque en lo orgánico. Paolo tiene una gran formación naturalista y comparte sus viajes con pasión. Siempre he sentido un sentido de discreción y atención al bienestar del cliente sin ser intrusivo. Solo lamento no poder quedarme más tiempo en su espacio exterior donde se puede disfrutar de la relajación de un panorama que abarca todo el Val di Sole. Espero poder regresar lo antes posible, para leer un buen libro cerca de sus hermosos jardines y disfrutar de su hospitalidad.