Las reseñas destacan el encanto de la estructura, ubicada en un pequeño pueblo medieval junto a un castillo y rodeada de paisajes espectaculares. Las habitaciones se consideran limpias, cómodas y bien cuidadas, aunque algunas son algo pequeñas. La ubicación es ideal para quienes buscan tranquilidad, autenticidad y la posibilidad de disfrutar de la naturaleza y de excursiones a pie o en bicicleta. El personal suele ser amable y atento, aunque hay alguna mención a la comunicación mejorable. El desayuno es valorado por su generosidad y productos locales. En conjunto, es una opción recomendable para una estancia relajante y auténtica.