Las opiniones destacan principalmente la amabilidad y atención de la anfitriona, Maria, y la excelente limpieza de las habitaciones, que han sido renovadas recientemente y decoradas con mucho gusto. La ubicación en el centro histórico es valorada como muy cómoda y tranquila. Los desayunos son abundantes, ofreciendo productos locales o caseros. Los viajeros mencionan positivamente las actividades o recorridos por el pueblo que organiza la anfitriona, lo que añade un toque personal a la experiencia. En general, es una excelente opción para quienes buscan autenticidad y hospitalidad.