Las reseñas destacan la cálida acogida, la extrema limpieza y la amplitud de las habitaciones. El anfitrión, especialmente Sergio, es valorado por su amabilidad y atención. El desayuno es abundante, con tartas caseras, y los espacios exteriores están bien cuidados. La ubicación es tranquila pero cerca del centro y de comercios. Es una opción recomendable para una estancia cómoda y tranquila cerca del lago de Garda.