"Ustedes son invitados, no clientes". Esta frase resume el sentimiento de acogida del personal de Casa Marì. Atención y cuidado para todas las necesidades de los huéspedes. Costabile, el anfitrión que nos recibió, desde la llegada transmite el afecto de un amigo que con alegría te acoge en su casa y desde el primer momento te hace sentir a gusto. El alojamiento está céntrico pero protegido del concurrido Corso Matarazzo porque se encuentra en una calle lateral,a 20 pasos del mismo. La habitación, finamente amueblada con mobiliario nuevo, colchón cómodo, ventanas con perfecta insonorización acústica y térmica y cuidadosamente limpias incluso en los rincones más escondidos, aire acondicionado, mini nevera, baño con grifería reluciente. El desayuno: solo diré que tuvimos que detener al anfitrión para que dejara de traer platos a la mesa. Tartas, bollos, cereales, cruasanes (en mi caso crema chantilly e higos, wow!). Una estancia, aunque breve, que además de ofrecer confort reconforta el corazón por haber conocido a una persona que realmente se preocupa por el bienestar de sus huéspedes y que en el futuro, sin duda, volverá a recibirme en Casa Marì.Sé que me alojaré con un amigo en un alojamiento limpio, acogedor y que transmite sensación de hogar.

Excelente estructura y personal amable y disponible. Lo recomiendo.

B&B muy bonito y acogedor, a pocos pasos del mar y con todas las comodidades. Recomendado. Propiedad excepcional.

¡Excelente! Ubicación estratégica, habitaciones realmente espaciosas y muy limpias. La propietaria, Maria, fue muy amable y nos mimó durante toda la vacación. Extremadamente servicial en todo.

En el centro de la ciudad, habitación espaciosa, amabilidad y hospitalidad, excelente orden y limpieza, ideal para unas vacaciones en familia.