Las reseñas destacan la hospitalidad y la amabilidad de la anfitriona Laura, así como sus buenos consejos para visitar la ciudad. La villa es elogiada por su encanto, ubicación tranquila pero céntrica, y habitaciones limpias y espaciosas. El desayuno es generoso y de calidad, aunque para estancias prolongadas algunos huéspedes lo encontraron repetitivo. La falta de aire acondicionado en algunas áreas y las escaleras (que pueden ser una molestia con equipaje pesado) son los puntos menos favorables mencionados. En general, es muy recomendable para una estadía agradable y auténtica en Roma.