Los viajeros destacan la limpieza impecable y la ubicación en pleno centro histórico, a pocos metros del mar. La terraza panorámica con impresionantes vistas al mar es uno de los grandes atractivos. El anfitrión Andrea recibe menciones positivas por su amabilidad, disposición y por ofrecer buenas recomendaciones locales. El alojamiento es cómodo, bien equipado y funcional, con una excelente relación calidad-precio.