Las opiniones destacan la limpieza excepcional, la cálida hospitalidad y la gran disponibilidad de la anfitriona, Maddalena. La ubicación es muy valorada: cerca del centro histórico de Bosa pero en una zona tranquila, con frecuencia con bonitas vistas al castillo o al río. El desayuno, abundante y hecho en casa (incluyendo mermeladas y pan), es uno de los puntos fuertes más mencionados. El alojamiento ofrece una excelente relación calidad-precio y las habitaciones son cómodas y cuidadas. Algunos huéspedes señalan que la conexión wifi puede ser irregular y que la comunicación resulta difícil si no se habla italiano, pero esto no afecta la experiencia general, considerada muy positiva.