Las reseñas destacan la excelente ubicación, a escasos metros del mar, y la limpieza impecable de las habitaciones. Los anfitriones, Francesco y Michela, son descritos como muy amables y atentos, creando un ambiente familiar y acogedor. El desayuno con tartas caseras es muy elogiado y el trato personalizado hace sentir a los huéspedes como en casa. Se menciona también una buena relación calidad-precio. Es una opción ideal para familias y parejas que buscan comodidad y cercanía a la playa.