Las reseñas destacan el encanto de un edificio de los años 20 cuidadosamente restaurado, con una atmósfera especial y muebles originales. Los huéspedes valoran mucho la limpieza, la amabilidad del personal y las amplias terrazas panorámicas. El desayuno es abundante y casero. Está ubicado en el centro del pueblo, cerca de tiendas, pero se menciona que el acceso a la playa no es inmediato y puede haber dificultades con el estacionamiento. Es una opción recomendada para quienes buscan autenticidad y comodidad en un entorno tranquilo.