Nos quedamos solo una noche en la finca 'Germano Reale' y lo pasamos muy bien. Es un lugar ideal para aquellos que aman la naturaleza, la sencillez, la tranquilidad y la buena comida. Pero lo que más apreciamos fue la amabilidad y cordialidad con la que fuimos recibidos.

Estructura adecuada para quienes buscan tranquilidad y relajación, ideal para aquellos que viajan con amigos de cuatro patas, con propietarios extremadamente acogedores y la posibilidad de disfrutar de una cena muy sabrosa.

Excelente bienvenida, excelente comida, habitaciones un poco esenciales pero bonitas y bien cuidadas.

Para descansar la mente y el espíritu, lejos del centro de la ciudad, lejos de la carretera principal, solo escucharás el ensordecedor ruido de la tranquilidad y algunos pájaros del cercano río Mincio. Habitaciones decoradas con buen gusto, de forma sencilla pero esencial. Las ventanas tienen mosquiteros y están bien ventiladas, con un ventilador de techo. Junto con mi compañera solo pasamos una noche, pero definitivamente volveremos. La dueña, una persona exquisita, te hace sentir cómodo desde el primer momento, muy amable y de alto nivel cultural. Desafortunadamente, no pudimos probar la cocina de su agroturismo, aunque fue recomendada por un amigo local, pero la próxima vez definitivamente la probaremos.