Los viajeros destacan la espectacular vista panorámica al mar y el entorno tranquilo, rodeado de naturaleza. La terraza es el lugar preferido para disfrutar el desayuno o relajarse al atardecer. La hospitalidad de la propietaria, Francesca, es apreciada, y el ambiente de la casa, con su diseño vintage de los años 60-70, aporta un encanto especial. Algunos huéspedes mencionan que el acceso por camino de tierra es algo incómodo, aunque valoran la tranquilidad que esto proporciona. Es una opción recomendada para quienes buscan paz, autenticidad y un entorno único.