Los viajeros destacan la hospitalidad y amabilidad de los anfitriones, Antonella y Raffaele, quienes hacen que la estancia sea acogedora y especial. La propiedad está ubicada en una zona tranquila de campo cerca de Oria, con habitaciones espaciosas, limpias y cómodamente equipadas. El desayuno es abundante y a menudo elaborado con productos locales o caseros, servido en un agradable jardín entre olivos. Se valora la cercanía al centro histórico de Oria y la estación de tren, aunque se recomienda disponer de coche para moverse por la zona. Algunos mencionan áreas interiores sin ventanas, pero compensadas por terrazas y espacios exteriores agradables. En general, la relación calidad-precio es positiva y el ambiente resulta ideal para quienes buscan autenticidad, tranquilidad y contacto con las tradiciones locales.