Las opiniones destacan la tranquilidad y el entorno natural de la propiedad, ubicada en una colina cerca de Turín. Los huéspedes valoran el encanto de la villa histórica, las habitaciones espaciosas y limpias, y la presencia de animales que enriquecen la experiencia. La anfitriona, Silvia, es descrita como amable y atenta. El desayuno abundante y la vista panorámica son especialmente apreciados. Algunos comentarios mencionan que el acceso puede ser complicado y que las habitaciones bajo techo pueden ser calurosas en verano. Es ideal para quienes buscan relajación y una auténtica estancia en la naturaleza.