Los viajeros destacan la céntrica ubicación del alojamiento, ideal para moverse por Cagliari y llegar fácilmente a la estación y servicios. La limpieza de las habitaciones y áreas comunes es muy valorada, así como la amabilidad y disponibilidad del anfitrión, Michele. El trato personalizado y la atención a los detalles son puntos fuertes. El precio se considera generalmente adecuado, aunque hay menciones a la falta de desayuno incluido y de encanto en algunos espacios. Recomendado especialmente para quienes buscan funcionalidad y comodidad.