Las opiniones destacan la limpieza de las habitaciones y la amabilidad del personal. La ubicación en una colina ofrece tranquilidad y buenas vistas, aunque está un poco alejada de la playa (a unos 15-20 minutos en coche). El desayuno es abundante y casero, muy valorado por los huéspedes. El restaurante recibe elogios por su cocina local de calidad. Los propietarios son acogedores y serviciales. En conclusión, es un alojamiento ideal para quienes buscan descanso, gastronomía tradicional y un ambiente familiar, todo con buena relación calidad-precio.