Los viajeros destacan la gran amabilidad y atención del anfitrión. Las habitaciones son limpias, cómodas y tranquilas, muchas veces con baño privado. El desayuno es variado y se deja en la habitación. La ubicación es práctica, especialmente para quienes visitan el hospital San Raffaele. Se menciona la ausencia de cocina como un detalle a considerar para estancias largas.