Las opiniones resaltan la limpieza del alojamiento, la tranquilidad de la ubicación y la atención cercana de los anfitriones, especialmente de Patrizia y su familia. El desayuno es uno de los puntos fuertes, generoso y elaborado a menudo con productos caseros y de proximidad. Aunque está en una zona rural, resulta práctico para moverse a la playa, Mirabilandia y Ravenna. Se señala la falta de bicicletas a pesar de estar anunciadas, y la ausencia de aire acondicionado en determinadas habitaciones puede notarse en verano. En general, buena relación calidad-precio y entorno familiar.