Las opiniones destacan la ubicación céntrica y el encanto histórico del alojamiento, situado en un edificio antiguo en el corazón del pueblo. Las habitaciones son espaciosas, limpias y amuebladas con piezas de época, lo que potencia el ambiente típico de la estructura. El trato del anfitrión es valorado como amable y disponible. Se observa que algunas puertas de las habitaciones no se pueden cerrar con llave, lo que podría mejorar la seguridad. La relación calidad-precio es considerada buena. La experiencia general es positiva, especialmente para quienes buscan una estancia auténtica en un entorno histórico.