Las reseñas destacan la calidez y disposición de la anfitriona, la señora Lina, que hace sentir a los huéspedes como en casa. La limpieza y confort del alojamiento son dos puntos muy valorados, así como un ambiente familiar y relajado. Aunque la ubicación no es céntrica, está bien comunicada por transporte público, facilitando el acceso al centro de Roma y a lugares de interés. Los viajeros aprecian la tranquilidad del barrio, la cercanía a comercios y el jardín disponible para descansar. Excelente relación calidad-precio. Ideal tanto para familias como para quienes viajan por estudio o trabajo.