Las reseñas resaltan el encanto auténtico de alojarse en un trullo tradicional, bien restaurado y rodeado de la tranquilidad del campo. María, la propietaria, recibe elogios por su amabilidad y atención. El alojamiento está limpio, bien equipado y es adecuado para familias. La ubicación es estratégica para visitar las principales atracciones de la región, aunque se recomienda contar con coche propio. Destacan las vistas panorámicas y la calma del entorno. Algunas críticas apuntan a la falta de desayuno incluido y, en verano, la posible ausencia de aire acondicionado. En general, la experiencia es muy positiva y recomendable para quienes buscan autenticidad y relajación en la región de Apulia.