Los viajeros destacan la tranquilidad del alojamiento, rodeado de naturaleza y cerca tanto del centro como de la playa. Las habitaciones son espaciosas, limpias y cómodas, ideales para el descanso. La piscina y el jardín están bien cuidados y resultan atractivos especialmente para familias. El desayuno italiano es abundante y se sirve con amabilidad. Los anfitriones reciben valoraciones muy positivas por su cordialidad y disponibilidad, así como por los consejos proporcionados para conocer la zona. Algunos huéspedes señalan que el restaurante podría mejorarse, pero en general la experiencia es altamente satisfactoria.