Las opiniones subrayan la limpieza y el cuidado de la estructura, así como la hospitalidad, amabilidad y disponibilidad de los anfitriones, especialmente Doris que prepara desayunos caseros apreciados por los huéspedes. La ubicación es tranquila, rodeada de naturaleza, pero cerca del centro de Asiago, accesible a pie en pocos minutos. Las habitaciones resultan cómodas y están bien mantenidas, aunque algunos comentarios mencionan que pueden ser algo pequeñas para grupos grandes. El ambiente es relajado y familiar. Algunos viajeros sugieren que se podría mejorar el desayuno añadiendo opciones saladas. En general, destaca por su buena relación calidad-precio, limpieza y tranquilidad.