Los viajeros destacan sobre todo las vistas espectaculares al lago Trasimeno y sus islas, así como la hospitalidad y amabilidad de los propietarios, Claudio y Sabrina. Se valora la limpieza y comodidad de las habitaciones, el ambiente relajado y familiar, y el desayuno abundante, muchas veces casero. Las instalaciones como la piscina y el jardín bien cuidado invitan al descanso. Es un lugar ideal tanto para explorar la zona como para desconectar y relajarse en un entorno natural.