Los viajeros destacan la amabilidad y profesionalidad de los anfitriones, Franca y Giuseppe, así como la limpieza y el cuidado de las habitaciones, muchas con vistas al mar o terraza. El desayuno es variado y abundante, con productos caseros, a menudo servido en una terraza con vistas panorámicas. La ubicación es tranquila, cercana a la playa y práctica para explorar el norte de Cerdeña. El ambiente familiar y los consejos útiles de los propietarios son puntos recurrentemente elogiados. En pocos casos se menciona una conexión Wi-Fi intermitente o un desayuno sencillo. En general, es una opción muy recomendable para quienes buscan confort y hospitalidad auténtica.