Los viajeros destacan principalmente la ubicación estratégica del alojamiento, cerca tanto de la playa como del centro, ideal para moverse a pie. Los anfitriones, María y Vito, reciben múltiples elogios por su hospitalidad y disponibilidad, haciendo sentir a los huéspedes como en casa. La limpieza de las habitaciones es un punto fuerte y el desayuno es generoso y variado, aunque algunos sugieren adaptarlo más a las preferencias individuales. Las habitaciones son amplias y cómodas, con aire acondicionado útil en los días calurosos. La atmósfera es familiar, lo que contribuye a una experiencia agradable y relajante.