Los propietarios, que son arquitectos, han diseñado y construido este hotel rural que ahora gestionan con sus 4 hijos.

En una Toscana particularmente virgen y tranquila, pero aún así cercana a las famosas ciudades de arte, en la bodega y establos de su granja, han creado un salón de restaurante especialmente romántico y cómodo; amplias terrazas en las que, durante la temporada de buen tiempo, es posible comer, tomar el sol y relajarse frente a una espléndida vista; una piscina en la que se puede nadar en total silencio; una bodega con más de 140 etiquetas seleccionadas rigurosamente sólo dentro de la Toscana.

Los apartamentos están equipados con todas las comodidades (aire acondicionado, TV, teléfono) y el mobiliario y los acabados han sido diseñados con especial cuidado en los detalles y realizados por artesanos locales en materiales antiguos (madera, terracota y hierro).

El restaurante ofrece una cocina típica toscana atenta a las antiguas recetas familiares y elaborada con productos procedentes del huerto y el corral de la empresa agrícola, en un ambiente elegante y romántico con una iluminación especial y calentado por la chimenea en el centro del salón.

Una estancia en este hotel les hará volver a los ritmos tranquilos de la campiña de antaño.