Via Francesco Perulli, 1 - LECCE (LE)
Hay un lugar donde la luz se posa lentamente sobre los olivos, donde el viento huele a mar incluso cuando el mar está lejos. Un lugar que no solo se visita: se respira, se escucha, se lleva en el corazón. Lo llamo hogar. Lo llamarás Dimora Donna Rita.

La luz de Dimora Donna Rita es lo primero que ves al cruzar la verja. No un resplandor intenso, sino una caricia que se filtra entre las hojas plateadas de cientos de olivos. Cada rama cuenta la historia de un siglo de viento y estaciones, y el aire huele a tierra y sal, aunque el mar aún esté lejos.

Luego, silencio. No un silencio vacío, sino vivo: el susurro de las hojas, el canto de las cigarras, el suave zumbido de las abejas entre las flores silvestres. Es el sonido del tiempo que aquí pasa más despacio, ajeno a relojes y plazos.

Y ante ti, aparece: Dimora Donna Rita. Muros de piedra pálida, suavizados por el sol. Arcos y bóvedas que respiran historia. Es una casa que parece haberte reconocido, como si ya supiera tu llegada.

Antaño, a finales del siglo XIX, fue el refugio de una familia noble: amplias habitaciones, techos estrellados, sombras frescas en las tardes de verano. Luego, el silencio de los años. Hasta que un día, Paolo y Loredana decidieron escuchar el latido de estas paredes. Él, hombre viajero y decidido, regresó adonde su corazón lo llamaba. Ella, guardiana de la elegancia y la precisión, capaz de traer su trabajo y su vida hasta aquí. Juntos, reavivaron toda luz.

Ahora, el Dimora abre sus puertas a quienes buscan un remanso de belleza y paz. Tres habitaciones y un estudio, cada uno con alma propia, amueblados como las páginas de una novela: colores acogedores, muebles que dicen mucho, techos que parecen proteger sueños.

Las mañanas comienzan con el aroma del café y la calidez del pan recién tostado. Desayunos abundantes, fruta con sabor a sol, postres que evocan el hogar. Afuera, el olivar invita a quedarse; pero Lecce está a solo diez minutos, el mar Adriático a veinte y el mar Jónico a treinta. Aquí puedes pasar el día como desees: un paseo entre los árboles, una tarde relajada en la terraza exterior entre sofás y sillones, un libro leído junto a la chimenea en invierno. Y cuando el sol calienta, el jacuzzi te envuelve como un abrazo fresco y ligero.

Dimora Donna Rita es más que un bed and breakfast. Es un encuentro con la luz, con el silencio, con el arte de vivir despacio. Y al partir, persiste una extraña sensación: la de haber dejado atrás un trocito de tu corazón..y anhelar volver a buscarlo.

"Te espero entre el canto de los pájaros y el aliento de los olivos. Soy Dimora Donna Rita, y aquí el tiempo no cuenta: se trata de vivir. "
*Declaradas por el encargado