Entre las suaves colinas que rodean a Gubbio, Ina•Maka es un refugio que abraza la tranquilidad y la belleza del entorno natural. La vista que se extiende hacia las montañas y la ciudad ofrece momentos de verdadero encanto, mientras que el silencio solo es interrumpido por los sonidos del bosque y de los animales que lo habitan. A pesar de estar inmersa en el campo, el lugar se encuentra a solo unos veinte minutos del centro de Gubbio y a menos de una hora de Perugia y Asís.

Los huéspedes comparten el espacio con dos perros, tres gatos y algunas gallinas, lo que hace que la atmósfera sea aún más familiar y acogedora. También se aceptan mascotas, siempre y cuando se acuerde con antelación su presencia para asegurar una estancia tranquila para todos.

El rico desayuno que se ofrece, dulce y salado, es totalmente vegano, elaborado con ingredientes locales y de temporada, y se puede disfrutar en el amplio salón interior o al aire libre, con vistas al paisaje umbro. El acceso a la casa se realiza a través de un corto tramo de camino de tierra en ascenso, transitable con vehículos normales.

Ina•Maka, que en lengua Lakota significa "Madre Tierra", nace como un proyecto de vida sostenible, con la intención de restablecer un equilibrio auténtico entre el ser humano y el medio ambiente. El enfoque ecológico se refleja en el cuidado de las áreas verdes, dejadas crecer de manera espontánea para favorecer la biodiversidad, así como en cada aspecto de la vida cotidiana.

El establecimiento se alimenta de energía solar gracias a un sistema fotovoltaico que proporciona electricidad y agua caliente. Las aguas residuales se purifican de manera natural y se reutilizan para el huerto y la selva alimentaria. También se recoge y trata el agua de lluvia para complementar la del pozo, garantizando un uso responsable de los recursos.

Nada se deja al azar: cada detalle cuenta la dedicación hacia un estilo de vida que respeta la Tierra, con objetos recuperados y reutilizados de forma creativa, siguiendo los principios de las tres R. Ina•Maka no es solo un lugar para dormir, sino una experiencia que invita a desacelerar y a reconectar de manera auténtica con la naturaleza.