A pocos minutos de la salida de Orte de la autopista A1 y de la estación de tren que conecta rápidamente con Roma, el Casale Hortensiae se encuentra en una ubicación panorámica con vistas al Valle del Tíber, rodeado de la tranquilidad del campo entre Lacio y Umbría. Un refugio auténtico, donde la naturaleza es la protagonista y la hospitalidad tiene el calor de un hogar familiar.

La propiedad, rodeada de viñedos, olivos y animales de corral, da la bienvenida a los huéspedes en un ambiente simple pero cuidado, donde el aire huele a estaciones y el ritmo se ralentiza. Ideal para quienes buscan una estancia en armonía con la naturaleza, ofrece habitaciones decoradas con gusto y equipadas con verdaderos colchones de lana, un gran jardín florido con piscina, una cocina comunitaria con chimenea, y un porche equipado con vistas al valle.

El alma del casale es profundamente ecológica: se utiliza energía solar, agua y electricidad con moderación, y los productos de la cocina – vegetariana, orgánica y local – provienen del huerto, de hierbas silvestres recolectadas en los alrededores y de proveedores que cuidan la sostenibilidad. El desayuno, servido con esmero, refleja la filosofía "bonita, buena, bio", con opciones sin gluten y crudas disponibles bajo petición.

Gracias a su ubicación, el Casale Hortensiae es un punto de partida ideal para explorar las maravillas culturales, históricas y naturales del centro de Italia. En menos de una hora se pueden alcanzar Roma, Orvieto, Viterbo, el Lago de Bolsena, Bomarzo, Amelia, Narni y muchos otros sitios arqueológicos, artísticos y termales. El casale también se encuentra a lo largo de la Via Amerina, un itinerario pintoresco que se puede recorrer a pie, en bicicleta o a caballo.

Con seis habitaciones y cinco baños, la casa puede alojar hasta 11 adultos y 2 niños. Es perfecta tanto para grupos de amigos o familias que desean compartir espacios y momentos, como para viajeros solitarios en busca de paz e inspiración. No faltan servicios como clases de cocina, internet disponible en las áreas comunes (con la opción de desconectar el wi-fi para quienes son sensibles a los campos electromagnéticos), juegos para niños, horno de leña, columpios y ping pong.

Una estancia en el Casale Hortensiae es una experiencia que une el confort con lo esencial, el respeto por el medio ambiente con el placer del descubrimiento. Una casa de campo que habla de autenticidad, cuidado y belleza cotidiana.