A pocos pasos de la catedral de San Giorgio y muy cerca de la calle principal de la ciudad, esta casa conserva aún hoy decoraciones y pavimentos típicos de la época. En particular, en la sala que estaba destinada a las fiestas nobiliarias, y que hoy es nuestra sala de lectura y relax, es posible admirar una magnífica pavimentación con cerámicas de Caltagirone pintadas a mano.

Toda la zona de estar está enriquecida por una gran y panorámica balconada, que permite a nuestros huéspedes disfrutar de una espléndida vista sobre uno de los barrios más antiguos de la ciudad.

Un característico patio que huele a jazmín hace de entrada y toda la estructura está inserta en un contexto tranquilo y relajante.

Las habitaciones, luminosas y panorámicas, sencillas pero acogedoras, han sido recientemente decoradas por artistas que han querido dejar aquí su huella.

Disponemos de nueve habitaciones distribuidas en diferentes niveles. Espaciosas y luminosas, son todas diferentes entre sí y gozan de una magnífica vista sobre uno de los barrios más antiguos de la ciudad.

Los colores del Mediterráneo son el elemento principal que las caracteriza.

Las joyas de nuestra isla, jazmines, bouganvillas, peces, conchas, han inspirado a las artistas que las han decorado.