Ampliamente difundida hasta los años 50, la "manzana Carla" es una antigua variedad originaria de los alrededores de Finalese, en peligro de extinción en la actualidad.

Pequeña e irregular, tiene una piel lisa de color verde-amarillento moteada de rosa y la pulpa, de color blanco crema, es aromática, jugosa y muy dulce (aunque no excesivamente azucarada). Es particularmente delicada, se conserva menos que otras y es mejor consumirla justo después de ser recolectada, características que la han destinado principalmente al consumo familiar; una cesta llena de frutas, crecidas en el árbol que nos acompaña desde hace tiempo, nunca falta en la mesa de casa.

En una época en la que con demasiada frecuencia estamos sujetos al consumo de productos anónimos, "las cosas buenas de antes" evocan la pasión y dedicación necesarias para obtener buenos frutos, sugieren la misma atención y cuidado, la cálida atmósfera de antaño que ofrecemos a nuestros invitados.

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