Alojamiento: 10 |
Limpieza: 10 |
Encargado: 10 |
Ubicación del alojamiento: 10 |
Calidad/precio: 10
| Desayuno: 10
Ya me había enamorado de este B&B mientras navegaba por su sitio web: el nombre original y atractivo, el verde del jardín, la decoración elegante pero cálida de las habitaciones, el té a las cinco, que me parecía una costumbre simpática. Sin embargo, cuando conocí a los propietarios, Gabriela y Giancarlo (de donde G&G), fue un verdadero amor: dos personas cultas, pero sencillas, soleadas, acogedoras. Afectuosos pero discretos, disponibles pero nunca invasivos, con dos grandes corazones y dos grandes cerebros. Mientras te alojas en su casa (porque no se trata solo de una habitación donde dormir, un baño para refrescarse y una mesa para desayunar: estas personas te ofrecen todo su entorno y su gente), te sientes parte de una familia. La posibilidad de disfrutar de toda la propiedad, además, ofrece la oportunidad de conocer a otros huéspedes, con el enriquecimiento que proviene de cada encuentro. Dormí acunada por el canto de las chicharras, despertándome descansada y llena de energía, con un abundante desayuno esperándome en el exuberante jardín. Última observación, sobre la belleza de la estructura y su decoración: nunca dejas de descubrir nuevos detalles, un momento antes parece que has visto la cosa más hermosa de todas, y un momento después ves otra, igualmente bella, escondida un poco más allá. Hay una pared partida en el centro, desde la cual puedes mirar hacia adentro; hay troncos de madera con rostros esculpidos para que sonrían; techos tan altos que necesitarías las patas de una lagartija para alcanzarlos; libros que duermen en los rincones más inesperados, altillos impresionantes, una mesa de billar lista para desafiarte... ¡y mucho más! En las paredes, una cantidad de objetos y cuadros (muchos pintados por el propietario, realmente hermosos) tan heterogéneos entre sí que, si los vieras fuera de allí, no pensarías que podrían estar dentro de las mismas paredes sin pelear: y, sin embargo, dentro de allí encuentran un equilibrio perfecto, que te impide imaginarlos separados. La impresión es la de una casa que casi tiene vida propia, que ha decidido compartirla con esas maravillosas personas que son Gabriela y Giancarlo. Mientras estás allí, parece que vives en uno de esos cuentos donde llegas a un país maravilloso, donde todo es perfecto, y el protagonista se recarga antes de vivir nuevas aventuras. ¡Solo que el té a las cinco es absolutamente real!
se ha alojado del 14/07/2013 al 16/07/2013